miércoles, 16 de diciembre de 2015

De donde vengo, el vino es símbolo, es familia, es historia, es vínculo con la tierra. Es ancestro, es lo que acompaña, sin dudar, a cualquier comida, es el vino quien mejor pinta los labios de toda mujer, es el decorado obligado de cada mantel blanco y la tintura que lloran todas las copas.
De donde vengo, las bodegas son señoras y las parras, anudadas, el dibujo que se repite cortando cada montaña. El vino es reunión, es aperitivo y postre, de donde vengo, es motivo de discusión y disertación, es futuro, es arte y es pueblo.
El vino es sol, es amistad, es trabajo duro y recompensa tinta, es oración a la lluvia y también temor de ella. De donde vengo, el vino se toma con respeto y sin mayores pretensiones, sin tapujos. Lo disfruta el pobre, lo saborea el productor, lo degusta el amateur y lo desglosa el conocedor.
El vino es desvelo, es risa, es nariz y boca, es color, cuerpo, minerales y flores. El vino es madurez e infancia, destellos de color y aspereza, es origen, nudo y final.
De donde vengo la vendimia es madre, el surco vena y la tierra sueños.
De donde vengo, el pan es pan y el vino VIDA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario